Hablar de acupuntura es hablar de desequilibrio energético, por ello entendemos el tipo de bloqueo que existe en la circulación energética que hay entre los órganos. Este desequilibrio debilita al organismo y facilita que se instale la enfermedad o la lesión.
La medicina tradicional china (MTC) nos cuenta que la energía (Qi) circula de un órgano a otro a través de los meridianos. Esta circulación tiene un orden, un tiempo y una dirección concretos descritos en la teoría de los 5 elementos. Cuando esta circulación se obstaculiza, el órgano en cuestión no recibe la cantidad de energía necesaria en el momento necesario para realizar su función, aquí es cuando se empieza a debilitar el sistema.
El diagnóstico correcto es fundamental para tener éxito en el tratamiento, hasta que no empiece a reequilibrarse el flujo de energía no recuperaremos el estado de salud y la probable mejoría de los síntomas será temporal.
La acupuntura utiliza principalmente tres métodos diagnósticos para valorar el equilibrio energético de la persona: la anamnesis (entrevista), la observación de la legua y y la palpación del pulso. Este último es el más importante ya que nos permite percibir a tiempo real el efecto del tratamiento sobre la energía.
La estimulación de los puntos de acupuntura es capaz de aumentar la energía de un órgano que tiene escasez o de dispersar la energía de un órgano que la tenga en exceso. Eligiendo los puntos correctamente podemos conseguir que la energía vaya dónde nos interese y así equilibrar el sistema.