La tipología es una herramienta de diagnóstico más que tiene la osteopatía  aunque no es tan propia de ella como lo puedan ser las líneas de fuerza o los polígonos de sustentación. Observando la postura de la persona se pueden distinguir signos que indican donde está el centro de gravedad. El hecho de que dicho centro recaiga en un punto u otro condicionará la mecánica y estática de la persona facilitando así un tipo concreto de dolencia u otras. Este artículo en continuación con los anteriores intenta explicar al lector cómo funciona la osteopatía y cúal es su particular visión del individuo.

La biotipología es la ciencia que clasifica los seres humanos según su aspecto físico e intenta establecer generalidades que se puedan asociar a algunos rasgos concretos.  En este caso la osteopatía se sirve de la biotipología para comprender qué tipo de dolencias tendrá una persona a partir de la postura que adquiera.

En efecto una de las leyes más importantes de la osteopatía dice que “la estructura domina la función”. Dicho de otra manera, según la forma o la anatomía que tengamos nos será más fácil o más difícil realizar un movimiento en concreto.

Hay infinidad de estudios biotipológicos, se podría decir que cada disciplina tiene el suyo propio aunque parece ser que el pionero en fue Hipócrates de Cos, como no, más tarde las diferentes medicinas fueron adaptando los razonamientos de Hipócrates.

En osteopatía se clasifican los individuos según su centro de gravedad sea anterior o posterior. La situación de este centro de gravedad va a producir rasgos físicos característicos en cada persona que se pueden observar a simple vista. Siguiendo con el razonamiento osteopático  podemos decir que, la posición del centro de gravedad modifica la estructura y por tanto condiciona la función. Estos rasgos característicos serán la consecuencia de que el individuo desarrolle un tipo de dolencia u otra.

TIPO ANTERIOR

Los individuos pertenecientes a este grupo tiene el centro de gravedad adelantado, es decir echan el peso hacia adelante. El sistema musculo esquelético tiene que encontrar una estrategia para que la persona no caiga hacia adelante y lo consigue modificando la postura de la siguiente manera:

• Contrae los músculos de la zona dorsal, esto implica que se reduce la curvatura dorsal, es decir la espalda es más plana de lo ideal.
• El tórax se sitúa en inspiración, es decir las costillas elevadas y el diafragma bajo.
• La pelvis rota hacia adelante.
• Las rodillas en hiperextensión
• Los hombros en rotación externa

Como consecuencia de esta postura se pueden deducir las siguientes dolencias:

• Dolores y contracturas en la zona dorsal debido al tono elevado de la musculatura
• Dolores y contracturas en la musculatura glútea que intenta frenar la rotación anterior de la pelvis
• Dolores y sobrecargas de los gemelos que van evitar la caída hacia delante de la tibia sobre el pie manteniendo la extensión de la rodilla
• Alteraciones digestivas debido al aumento de presión en el abdomen.

TIPO POSTERIOR

En este caso el centro de gravedad se desplaza hacia atrás. La estrategia seguida por el sistema musculo esquelético para evitar que el cuerpo caiga hacia atrás es modificar la postura de la siguiente manera:

• La columna dorsal se redondea hacia adelante
• El tórax se hunde adquiriendo una posición de expiración
• La pelvis rota hacia atrás
• La rodillas se mantienen semi flexionadas
• Los hombros quedan proyectados hacia delante en rotación interna

Las dolencias consecuentes de esta postura son:

• Dolores en la zona dorsal alta o cervical baja debido a la posición tan hundida de la parte alta del tórax
• Bloqueos y enfermedades respiratorios frecuentes.
• Dolores lumbares debido al padecimiento mecánico que provoca la rotación posterior de la pelvis
• Alteraciones abdominales debido a la falta de tensión
• Dolores en las rodillas debido a la sobrecarga de la musculatura extensora que aguanta la semi flexión de las piernas.