En el mundo de la terapia natural (fisioterapia, osteopatia, acupuntura) se suele enfatizar mucho el papel de los mecanismos de auto reparación del cuerpo tanto en el proceso de recuperación de las lesiones cómo en la mejoría del dolor inespecífico.
Pero cuál es el mecanismo exacto mediante el cual la terapia manual consigue potenciar estos mecanismo de auto reparación?… en Fisioteràpia i Osteopatia FiO Sabadell de mostramos tres de ellos.
MOVILIDAD ENTRE ESTRUCTURAS (OSTEOPATIA)
El cuerpo es un engranaje de estructuras tanto duras (articulaciones) cómo blandas (órganos, músculos, ligamentos, fascias). Todas estás estructuras tienen una capacidad de movimiento con respecto a la estructura que tienen al lado, cuando esta capacidad se ve comprometida el engranaje empieza a funcionar de forma incorrecta generando roces y presiones que actúan como mecanismo lesional.
En este caso es la osteopatía la disciplina correcta para tratar y corregir esta falta de movimiento.
El osteópata pide al paciente que mueva partes de su cuerpo o las moviliza de manera pasiva y evalúa el movimiento comparándolo con lo que debería ser un modelo ideal. Al final cada persona tiene unas características específicas por lo que dicho modelo ideal siempre se debe ajustar al paciente en cuestión.
Una vez evidenciados los bloqueos, el osteopatía realiza movilizaciones manuales para corregirlos. Osteopatía estructural si se trata de bloqueos articulares u osteopatia visceral si se trata de bloqueos del tejido blando.
Puesto que el cuerpo está diseñado para moverse, devolverle su capacidad de movimiento correcto actúa como un factor de regeneración tisular.

MOTILIDAD (MOVIMIENTO INTERNO DEL TEJIDO)
La actividad metabólica interna del tejido y la composición bioquímica del mismo generan un movimiento interno semejante al movimiento de un masa de agua, una marea. La pérdida de este movimiento va a tener consecuencias metabólicas locales impidiendo que tengan lugar las reacciones químicas correctas para darse el proceso de regeneración.
Además el tejido no deja de ser una pieza del engranaje anteriormente mencionado, cómo tal la pérdida de sus capacidades mecánicas (densidad, flexibilidad) va a afectar al funcionamiento general del engranaje.
En este caso la terapia de elección es la Terapia Cráneo Sacral. Este movimiento interno del tejido se ve afectado por la onda expansiva del ritmo sacro craneal. A través de maniobras suaves y sutiles la terapia cráneo sacral penetra en las fascial para así corregir las alteraciones del ritmo cráneo sacral y con esto restaurar la motilidad interna de los tejidos.

RESTAURACIÓN DEL FLUJO ENERGÉTICO
En este caso nos basamos en las enseñanzas de la medicina tradicional china. Esta nos dice que la energía circula por el cuerpo a través de unos canales energéticos y que el bloqueo en alguno de estos canales va a hacer que en algunas zonas se acumule demasiada energía o bien que a otras no llegue las suficiente.
El equilibrio energético lo podemos valorar de dos maneras, de forma general a través del pulso o bien de forma más local palpando los puntos de acupuntura. El tratamiento consiste en estimular los puntos de acupuntura que restituyen el flujo energético.